15 diciembre 2006

Los bosquimanos recuperan su desierto del Kalahari


Tras cinco años de espera, los bosquimanos de Botswana recuperan sus tierras ancestrales. El fallo del tribunal reconoce su derecho a volver a su desierto del Kalahari, de donde nunca han debido ser expulsados. Estos pueblos aborígenes ayudan a conservar el equilibrio ecológico y a preservar el medio ambiente.












12 diciembre 2006

Diamantes ensangrentados: los bosquimanos luchan por su desierto del Kalahari




Son de cara afable, bajitos, atléticos y hablan con chasquidos: son los bosquimanos, los habitantes más antiguos del sur de África. Su casa es el vasto desierto de Kalahari, donde son perseguidos, acosados, de donde incluso han sido expulsados, echados de su paraíso. Mañana 13 de diciembre se fallará la sentencia en el juicio de los bosquimanos contra el Gobierno de Botswana, una sentencia que decidirá si este pueblo aborigen, expulsado de sus tierras en 2002, puede recuperar su reserva del Kalahari central.
El éxodo forzado de los bosquimanos tiene como telón de fondo los recursos naturales, como tantas veces suele ocurrir en África. El hallazgo de diamantes en el desierto provocó la expulsión de sus tierras por parte del Gobierno. El fallo judicial tendrá lugar, precisamente, unos días después del estreno en Estados Unidos de la película “Blood Diamond” (Diamante ensangrentado), protagonizada por Leonardo Di Caprio, a quien los bosquimanos dirigen ahora sus llamamientos de apoyo y ayuda.
Desde hace 20.000 años, los bosquimanos habitan la vasta planicie del Kalahari, dedicándose a la caza y a la recolecta de frutos y raíces. Se defendieron de la invasión de pastores de las tribus bantú hace ya 1.500 años, pero el acoso y la expulsión no se produjo hasta la llegada de los colonizadores blancos y, más tarde, de las empresas de diamantes. La discriminación, la opresión y los asesinatos redujo al pueblo de los bosquimanos de varios millones de personas a unas 100.000. Fueron y siguen siendo víctimas de un tácito genocidio étnico y cultural.
Actualmente, recluidos en campos de reasentamiento después de ver destruidos sus bombas de agua y sus canalizaciones, el Gobierno de Botswana impone sus condiciones, les prohíbe cazar, por lo que dependen de las limosnas y sufren los problemas asociados, como el alcohol, la prostitución y el SIDA.

05 diciembre 2006

Golpe en Fiji: el paraíso perdido
















El jefe militar de Fiji, Frank Bianimarama, ha anunciado haber asumido el poder del país tras protagonizar un levantamiento armado y derrocar al primer ministro, Laisenia Qarase. Es la cuarta vez en veinte años que Fiji, una isla en el Pacífico Sur, sufre un golpe de Estado. Desde el pasado mes de mayo, cuando Qarase asumió un segundo mandato tras las elecciones legislativas, el comandante en jefe no ha dejado de amenazar con derrocar al primer ministro por corrupto y demasiado condescendiente con los protagonistas del anterior golpe, perpetrado en el año 2000.
En aquel entonces, el golpe fue llevado a cabo por un hombre de negocios, George Speight, descendiente de indígenas melanesios, que alegaba la defensa de los intereses de su etnia como la causa del mismo.

La república de Fiji es un Estado insular situado en el Pacífico Sur, al norte de Nueva Zelanda. Forma parte del denominado triángulo polinesio, que cubre una gran parte del Pacífico, con Hawai al norte, la isla de Pascua al sudeste y Nueva Zelanda al sudoeste. Los habitantes de Fiji están representados por dos etnias principales: los indígenas, que son los habitantes de origen melanesio, y los indo-fijianos, habitantes de la isla desde que, en la época colonial, fueron traídos desde India como mano de obra contratada para trabajar en la caña de azúcar. Muchos de ellos se establecieron en el archipiélago. El final de la II Guerra Mundial marcó el comienzo de su violenta rivalidad. En vistas de la independencia del colonizador británico, los partidos que se formaron a finales de los años 60 ya estaban estructurados según criterios de tipo étnico. La independencia, finalmente, se caracterizó por los acuerdos que se fraguaron entre Gran Bretaña y la etnia indígena, a la que se otorgó una clara preeminencia en lo referente al funcionamiento del aparato estatal, con el control de la fuerza policial, de la Armada y el mantenimiento del monopolio territorial. Los indo-fijianos, por su parte, controlaron y controlan la economía del país. La bipolaridad entre indios y fijianos indígenas, condicionante del contexto político, económico y cultural del país, está también en el origen de los sucesivos golpes de Estado, llevados a cabo mayormente por motivos étnicos y de lucha por las parcelas de poder. Los cuatro golpes son reflejo de la línea de fractura del país, puesto que el problema del nacionalismo fijiano es que no existe una nación fijiana. No existe el sentimiento de identidad nacional, puesto que se trata de un término inventado para la independencia del país.
Mapa del Pacífico Sur: http://www.lonelyplanet.com/worldguide/destinations/pacific/

03 diciembre 2006

Myanmar: con la muerte en los talones




Myanmar, la bella Birmania, sostiene dos tristes récords: sufre el yugo de dictadores, gobiernos militares, facciones rebeldes y poderosos traficantes de droga desde hace más de medio siglo y es escenario de la más larga lucha por la independencia, la de la tribu Karen, que sufre la brutalidad militar desde 1947. Solamente en 2006 los militares birmanos han quemado 4.000 poblados en Myanmar oriental, donde se concentra esta etnia. Según Human Rights Watch miles de Karen se encontraban esta semana huyendo de los ataques. Más de doscientas personas han conseguido llegar a los campos de refugiados en Tailandia, mientras que tres mil más se encontraban todavía de camino.
El componente multiétnico de Myanmar ha originado a lo largo de su historia numerosas violaciones de los derechos humanos (torturas, esclavitud, violaciones) por parte de los diferentes Gobiernos birmanos, que solían negar la existencia de las distintas etnias y nacionalidades. Como consecuencia de ello, los grupos minoritarios, compuestos por las tribus Hmong, Mien, Karen, Akha, Lisu y Akhu se han visto obligadas a refugiarse en los países vecinos como Bangladesh, China e India, y especialmente en la región fronteriza entre Myanmar y Tailandia.
Tanto el problema político, como el étnico tienen consecuencias similares: provocan constantes éxodos masivos de la población, obligan a crear vastos campos de refugiados y convierten a Myanmar en uno de los países más conflictivos del sudeste asiático.
Los 16 años últimos de la junta militar, tan incompetente como cruel, han convertido a uno de los países más prometedores del sudeste asiático en el más atrasado y empobrecido. No se ha cumplido ninguna de las promesas de apertura reformista, ni se ha publicado el informe prometido en 2003 sobre “la hoja de ruta hacia la democracia”. Más bien al contrario, en una extraña maniobra hacia el aislamiento total, los militares trasladaron el año pasado la capital del puerto de Yangon a Naypyidaw, situada en una remota región montañosa. Incluso el Comité Internacional de la Cruz Roja, que colabora con los gobiernos más intratables del mundo, ha tenido que cerrar sus centros de operaciones en Myanmar.
Y nadie interviene. Los desacuerdos e inconsistencias en la política internacional impiden que se apliquen sanciones severas y que el Consejo de Seguridad de la ONU dicte una resolución condenatoria contra este régimen confabulado con la producción y el tráfico de heroína, con el tráfico ilegal de personas y culpable del desplazamiento de un millón de personas. Ni siquiera la ASEAN (Asociación de las Naciones del Sudeste Asiático) levanta mucho la voz contra Myanmar, uno de sus miembros más incómodos. El petróleo, el gas y las maderas nobles de este país son muy importantes para la región y una acción demasiado contundente contra los militares birmanos podría hacerles perder jugosos contratos a favor de China e India, los dos gigantes en busca permanente de recursos naturales y con menos escrúpulos para colaborar con el régimen birmano.

Si queréis ver un aterrador testimonio del régimen militar podéis mirar este extenso video sobre "La guerra secreta de Birmania":
http://www.youtube.com/watch?v=l-YVdpQHdqo&mode=related&search=Burma%20Myanmar%20Karen%20Burma%27s%20Secret%20War%20Junta%20Dictator%20Aung%20San%20Suu%20Kyi%20Lu%20Htu%20Sein%20Win%20Mandalay