11 noviembre 2008

Dónde vas, dólar?


Finalmente puede que sí sea. Al parecer, la crisis de los países industrializados puede convertirse en oportunidad para los países emergentes. China ha dado el primer paso con la aprobación del mayor programa coyuntural de todos los tiempos. La inyección de 4 billones de yuan (unos 460 mil millones de euros) en los próximos años para la redistribución de la riqueza, concentrada en la costa este, entre las provincias agrícolas del interior del país, significa un “New Deal” chino. A éste le podría seguir un “New Deal” indio. Nueva Delhi también se encuentra en una posición fiscal fuerte, lo que podría impulsar el comercio sur-sur entre los países emergentes y en vías de desarrollo.

Todo parece indicar que Pekín ha querido mostrar su potencial antes de la cumbre de los G-20, el próximo 15 de noviembre en Washington, dando respuesta a las exigencias de los países industrializados de fortalecer su economía interior y de reducir su dependencia de las exportaciones. El gobierno comunista ha mostrado con esta medida de dimensiones históricas que no sólo sustentará a la economía mundial, sino que su política económica es transparente y en sintonía con el libre mercado. La China comunista da el do de pecho en el mundo capitalista en vías de transformación.


Un mundo capitalista, en el que el capital va de fuga y lo hace en dólares, la moneda internacional por excelencia… todavía. Todavía, porque cada vez se habla más del Amero, la que sería nueva moneda común de Estados Unidos, Canadá y México, y que sustituiría al dólar, provocando un posible “corralito a nivel planetario” antes de que China y los países productores de petróleo se deshagan masivamente del dólar como reserva internacional.

Según algunos autores, como Jim Willie, en su artículo “US Dollar Death Dance” o Wim Dierckxsens en “El último tango del dólar”, la apreciación del dólar en un momento en que la economía norteamericana está a punto de colapsar, es el último baile antes de su muerte. Según estos autores, hay una enorme demanda de liquidez para salir de papeles especulativos y compromisos de pago y el dólar es la moneda para obtener esa liquidez. Sin embargo, ese dinero no se va a invertir en Estados Unidos y menos de manera productiva. Con un alza del dólar, las exportaciones de EEUU resultarán aún peores de lo que estaban, las importaciones repuntarán y la deuda retorna cada vez más impagable hasta que sea incluso imposible pagar los intereses. Entonces sería el momento de acuñar una nueva moneda. ¿Para cuándo? Algún agorero, como Hal Turner,pronostican una fecha tan cercana como febrero de 2009, otras fuentes hablan de 2011. Veremos como sigue este culebrón…Seguiremos de cerca las consecuencias de la muerte del periodo neoliberal basado en las tesis monetaristas de Milton Friedman que dominaron, durante tres décadas, el campo capitalista. Seguiremos de cerca el nacimiento de la nueva arquitectura de economía social de mercado. Y seguiremos de cerca la muerte y resurrección de la moneda norteamericana.

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