
No hay trabajo en Palestina, no hay recursos. El continuo cierre de los puestos fronterizos es como una soga al cuello. La situación de estrangulamiento económico empuja al 80% de ellos a trabajar en Israel y, sobre todo, en los asentamientos judíos en tierras palestinas. A pesar de que Israel se comprometió en la famosa hoja de ruta a paralizar cualquier obra o expansión de los asentamientos ilegales, nadie respeta dicho compromiso. Y tampoco se lo pueden permitir los palestinos que en la construcción, la industria y el sector de servicios en Israel ganan tres veces más que en su propio país.
Mes tras mes nacen, crecen y se expanden nuevos asentamientos, que resultan especialmente atractivos para las jóvenes familias judías fundamentalistas, porque los alquileres son bajos y el entorno idóneo. No hay tráfico, no hay cines ni centros comerciales.
A pesar de que una tercera parte de las tierras sobre las que se levantan los asentamientos es suelo palestino, los árabes que allí trabajan no tienen opción a cuestionar su situación. A pesar de que no siempre son bien tratados. A pesar de que se restringe cada vez más el permiso de acceso. A pesar de tener que trabajar como extranjeros en su tierra. No hay alternativa. Y no es una cuestión de tiempo. Muchos palestinos jóvenes ya no creen en una paz futura, en la que los israelíes se vean obligados a recoger sus enseres para retirarse a las fronteras establecidas. No hay lugar para la esperanza.
1 comentario:
Http://eticamundial.blogspot.com
Complemento a tus análisis. Enhorabuena por ellos.+
Iñaki Alonso Isusi
https://www.xing.com/profile/Inaki_ALONSOISUSI
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