01 febrero 2007

Oriente Próximo y el menos común de los sentidos


Por lo visto todavía hay esperanza para Oriente Próximo. La clave es querer conocer los problemas para luego buscar una solución razonable. Parece de sentido común, pero desgraciadamente, el sentido común, como dicen, es el menos común de los sentidos. Rami Khouri, periodista y escritor palestino-jordano, habla de cinco conceptos básicos para una posible solución a los múltiples conflictos y violencias en Oriente Próximo: soberanía, identidad social, legitimidad de las instituciones, estabilidad sin ocupación y desarrollo económico para el establecimiento de relaciones normales con el resto del mundo y con los vecinos no árabes.
El primer problema de Oriente Próximo reside en la polarización de la sociedad árabe, causada por la división de la misma entre una pequeña clase de árabes inmensamente ricos frente a una masa que sufre las carencias de unas economías inestables. A ello se añade una gran frustración política
, sobre todo en la gente joven – el 65% de la población –, provocada por el continuo abuso de poder, la ocupación israelí de los territorios palestinos, etc. Cada vez hay más jóvenes que se integran en movimientos islamistas, aunque es muy pequeño el número que se afilia a Al Qaeda o practique el terrorismo contra civiles. Khouri subraya que, actualmente, el más feroz instigador del terrorismo es la presencia norteamericana en Irak.
Otro de los factores desestabilizadores de Oriente Próximo es la
intervención occidental en el mundo árabe, mucho más entrometida que en el pasado, siendo el objetivo de Occidente “cambiar la genética política del mundo árabe – es decir, cambiar su islamismo moderado – cambiar su sociedad, su sistema económico, su sistema de valores... Está surgiendo un fuerte resentimiento y resistencia contra Estados Unidos por dictar, en vez de debatir y contrastar, cambios forzados en los gobiernos de la región.
Tres son los protagonistas que actualmente se reparten el poder en Oriente Próximo: los gobiernos, los grupos de oposición y la invasión británico-estadounidense, que cambió por completo la situación en la región provocando un rápido crecimiento de las milicias paraestatales. La democracia está entumecida y congelada en Próximo Oriente, constata Rami Khouri, porque la gente mira hacia Irak y lo único que ve es violencia, conflicto, sangre y abuso de poder; y cuando mira hacia Palestina es testigo de la lenta estrangulación de la población mediante el hambre, el asedio y las sanciones. Por ello, hoy en día en el mundo árabe se ha desvanecido cualquier rastro de fe en la democracia.
El mensaje subliminal de Khouri es animar a la comunidad internacional a estudiar y conocer a fondo a Oriente Próximo para entender el origen de la violencia y saber de las necesidades del pueblo. Cuanto mayor es el conocimiento más justas serán las medidas a tomar.
¿Serán una utopía las aspiraciones de Rami Khouri?. Muy difícil lo pone, desde luego, porque querer conocer al otro exige esfuerzo. Ymucho más difícil todavía, por no decir imposible, será cumplir con la llamada que hace Khouri a George Bush, instigándolo a relajarse, a analizar (¿sabe lo que significa esta palabra?) la situación con agudeza (!) con el fin de aplicar una política que refleje los valores estadounidenses y no sus contradicciones. Casi nada.


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