16 noviembre 2006

Congo: en el filo de la navaja

La paz en la República Democrática del Congo no está asegurada. La violencia aumenta a medida que se acerca el 19 de noviembre, fecha prevista para el anuncio oficial del resultado de la segunda vuelta de las elecciones, celebrada el 29 de octubre. Joseph Kabila, el presidente que terminó con la guerra, parece perfilarse como claro vencedor, mientras que su rival, Jean-Pierre Bemba, ex líder rebelde, moviliza a sus soldados en defensa de sus intereses y en previsión de lo que pueda acontecer. Comienza la parte más difícil en la transformación del Congo de la guerra a la paz. Es la hora del reconocimiento del resultado electoral por parte de todos y de poner a prueba la honradez y entereza del vencedor para que no utilice su victoria con el fin de destruir a su rival. Joseph Kabila podrá optar por declarar la guerra a su rival vencido o por colaborar con él. Bemba espera, al parecer, la declaración de la guerra. Algunos comparan la situación del Congo con la de Angola de 1992, cuando los resultados de unas elecciones, promovidas por la ONU y convocadas para poner fin a la guerra, fueron rechazados por el perdedor, el líder rebelde Jonas Savimbi, quien reemprendió la lucha armada durante una década más. Quizás no sea éste el escenario más probable en Congo, pero la lección de Angola enseña que quien pierde las elecciones necesita un incentivo para permanecer en la escena política. Por lo tanto, el paso siguiente podría ser una división del poder, que debería ser una condición sine qua non para la continuidad de las ayudas internacionales para la reconstrucción del país. Las provincias que votaron respectivamente por Kabila - sobre todo en el este del país - o por Bemba, sobre todo en el oeste y en la capital, Kinshasa, apoyaron tan masivamente a sus candidatos que ambos bandos deberían estar representados para que el país en su conjunto se reconozca en el Parlamento y en las distintas instituciones. Formar un Gobierno de unidad nacional podría ser el único camino para que estas primeras elecciones democráticas en más de 40 años signifiquen un nuevo comienzo para un país saqueado durante generaciones y marcado por la guerra civil y la corrupción. Las elecciones fueron convocadas en el marco de un nuevo avance en el proceso de paz que llevó a la formación de un Gobierno de transición en 2003.

No hay comentarios: