25 octubre 2006

Sudán y los tres factores del genocidio


Decía Raul Hilberg, historiador del holocausto, que era necesaria la intervención de tres factores para detectar un genocidio: los perpetradores, las víctimas y los espectadores. Darfur reúne a los tres. Las víctimas son 400.000 africanos negros muertos, casi 2 millones de desplazados y cerca de 3 millones de personas necesitadas de ayuda. ¿Los asesinos? El Gobierno de Sudán, que cuenta con tanques, fuerza aérea y una milicia, los Yanyawid. Además, tiene su propia ideología racista. En este caso: la supremacía de los árabes. ¿Y quiénes serán los espectadores? Pues la comunidad internacional que vuelve a hacer gala de una pasividad exasperante. La ONU no ha intervenido jamás para impedir un genocidio. No lo hizo en Bangladesh, ni en Camboya, ni en Ruanda. Únicamente ha aprobado una resolución, la 1703, en la que pide, con el permiso de Sudán, el despliegue de más de 20.000 pacificadores internacional. Pero la resolución ha nacido muerta después de que Jartum descartara la presencia de tropas de la ONU en Darfur con el impresentable argumento de que se pretende una nueva recolonización de su vasto país lleno de petróleo. El Gobierno sudanés, con su presidente Omar al-Bashir al frente, no satisfecho con esta negativa ha procedido, acto seguido, a la expulsión del enviado especial de la ONU, Jan Pronk, lo que demuestra que Jartum se siente impune en su desafío al Consejo de Seguridad. Por si todo ello fuera poco se ha desatado una nueva oleada de ataques en la frontera entre Chad y Sudán, implicando incluso a la República Centroafricana, lo que perfila un alarmante juego de conflictos en el corazón de África. Los Gobiernos de Sudán y Chad llevan tiempo enemistados, acusándose mutuamente de apoyar a sendos grupos rebeldes. El presidente de Chad, Idriss Déby, ayuda a los rebeldes de Darfur, mientras que Jartum rearma los rebeldes de Chad.

No hay comentarios: